De película

De película

La Política no es solo una cuestión de diagnóstico o de direccionamiento ideológico. Es ante todo la capacidad de construir poder, fuerza suficiente para alcanzar un objetivo en la dirección previamente elegida.

El logro de ese objetivo, generalmente, suele hacerse en favor de un sector y en detrimento de otro. Por eso, se habla de lucha de clases o de sectores de clases sociales, se trate de un país, fábrica, universidad o distrito.

Cuando esa confrontación se hace antagónica, irreconciliable, se torna violenta.

Las sociedades se dan sistemas institucionales para dirimir sus contradicciones y evitar esos estados. Pero en los momentos de crisis política, económica o social, los poderosos tienden a incumplir las leyes y por ello, los pueblos de los países en crisis se la pasan reclamando el cumplimiento de derechos que, generalmente, son sofocados con represión, violentamente.

Esos reclamos y las medidas que va tomando un gobierno determinado, modifican permanentemente la realidad y el sistema que les da origen. Cuando antagonizan en modo persistente, como hemos dicho, la propia institucionalidad, modelo, sistema, etc., retroalimentan las crisis.

Por ejemplo, el respaldo dado por el gobierno a "los barones del conurbano" en los últimos años, perjudicó a los sectores sociales más humildes que venían siendo víctimas de su clientelismo político. Por caso, esa misma situación dañó el sistema institucional de la zona, toda vez que evitó la promoción de una nueva dirigencia que venía surgiendo tras la crisis de representación del 2001. Hoy, aquella dirigencia se sostiene gracias al auxilio de cuantiosos recursos que le insufla el Estado nacional, produciendo una situación artificiosa y, a su vez, muy vulnerable.

Del mismo modo, cuando el gobierno desplazó del Ministerio de Salud a Graciela Ocaña porque investigaba las mafias de los medicamentos truchos con las Obras Sociales, lo hizo en beneficio de los sectores sindicales involucrados en esos delitos y en detrimento de la propia institucionalidad democrática a cargo del Contralor del Estado.

Podríamos señalar infinidad de casos gravísimos en los que ciertos sectores han sido beneficiados, en desmedro de otros mucho más postergados y necesitados.

Sin embargo, como la realidad es dinámica, lo que hoy es coyunturalmente beneficioso para un grupo, mañana se le puede volver perfectamente en contra, y viceversa.

Entonces, cada sector (los gobiernos representan grupos o sectores de clases sociales) que está en la búsqueda del logro de un cierto objetivo, articula tácticas y estrategias de acumulación para alcanzar ese poder.

Algunas de esas tácticas y estrategias se corresponden y legitiman metodológicamente el objetivo buscado, en tanto que otras, conspiran en su contra y terminan restándole fuerza, impopularizándolo, como le ocurriera al kirchnerismo cuando abandonó la Transversalidad en favor del PJ o cuando, por ejemplo, no supo diferenciar entre pequeños y grandes propietarios en su confrontación con el sector agropecuario.

Finalmente, cuestionado el gobierno nacional en su poder de representación en las elecciones del 28 de junio de 2009, debió apelar a políticas específicas para recuperar fuerzas (Poder) que le permitieran, al menos, gobernar con cierta solvencia hasta el final del período.

Su primer objetivo, entre otros, fue hacerse de recursos económicos (tomar reservas, modificar partidas del presupuesto, ajustar el presupuesto por inflación, ir al mercado internacional de capitales, etc.), para negociar desde un mejor lugar con quienes lo ponían en dudas.

 

En ese plan, algunos sectores fueron asimilados sin mayor inconveniente, en tanto que otros, más reticentes, fueron provisoriamente neutralizados a la espera de determinados beneficios. Los más, quedaron afuera del acuerdo y ahí vemos a millares de desocupados del país, acampando en las calles de las ciudades para que se los oiga en sus reclamos y a varios de los gremios, peleando por sus salarios comidos por la inflación.

Pero nuestra historia demuestra que con ser importantes los intereses económicos, ellos no son los únicos que se ponen en juego en una situación de tanto deterioro y con tantas posibilidades alagüeñas por delante: En la medida que se escala en la pirámide social y/o hay mayor calidad organizativa y conciencia ciudadana en su seno, los intereses se hacen más diversos y complejos.

En los años 60, por ejemplo, pesaba mucho que no hubiera proscripciones de ningún partido político y que los sindicatos se democratizaran. Hoy está visto que, en el marco del juzgamiento a los genocidas y del fracaso de los sistemas que "no deliberan ni gobiernan sino por medio de sus representantes", ha pasado a tener fuerte importancia la participación en la toma de decisiones y el rechazo al autoritarismo.

Sea como fuere, lo que nadie puede subestimar cuando pretende analizar la realidad política nacional, es que el gobierno quedó seriamente golpeado tras la última elección y que ello ocurrió, a pesar de haber manejado a su arbitrio los recursos del Estado en la campaña electoral, haber adelantado la fecha acorde a su intereses y haber puesto candidatos "truchos" en sus listas.

Tampoco correspondería minimizar, que en la última crisis institucional, la ocurrida por el uso de las reservas para pagar deuda externa, el candidato propuesto inicialmente por el Poder Ejecutivo Nacional para reemplazar a Martín Redrado en la presidencia del Banco Central, no fue Carlos Kunkel, sino Mario Blejer, el mismo neoliberal que fuera presidente del Banco de Inglaterra y que, la progresista Mercedes Marcó del Pont, solo fue la resultante a posteriori de la profunda resistencia que desató el tema.

Y lo apuntado viene a cuento para que nadie se llame a engaño, tampoco, sobre la sucesión de los hechos que obligaron al oficialismo, también, a rescatar "entre sus cosas arrumbadas al 28 de junio de 2009", el proyecto de ley de Comunicación Audiovisual y la Asignación por Hijo, trabajados sin éxito durante largo tiempo por todas las organizaciones sociales.

Es decir, una cosa son las políticas aplicadas en pos de un objetivo específico y, muy otras, las "fugas hacia adelante", las "consecuencias", las "resultantes", ante el fracaso de las primeras.

Porque en política, no es lo mismo una cosa que la otra. Al menos así, deberían reconocerlo desde el oficialismo a la hora de argumentar sobre el direccionamiento o la calidad de su gobierno.

Es decir, de diferentes modos y en distintas oportunidades, el pueblo le advirtió con su lucha y resistencia, sobre el costo político e institucional que tiene gobernar de la manera que lo está haciendo.

Si a todo lo antes señalado, le sumamos que en el mundo, el neoliberalismo sigue cayéndose en pedazos, como lo vemos por estos días en Europa; que en la región, hasta el derechoso presidente de Chile debe "mimetizarse" con el resto de los presidentes de la UNASUR; que el reaccionario, Mauricio Macri, probablemente termine "dando pie con bola" en la ciudad y que, la UCR, el PJ disidente y la Carrió, parecieran haberse "empachado de oposicionismo absurdo", buscando presentarse "como lo nuevo por nacer" -cuando nadie ignora que son "más viejos que Matusalem"-, todo indica que el camino político para las expresiones de nuevo tipo, participativas, emancipatorias, progresistas y/o de centroizquierda, con ser sinuoso y arriesgado, está casi "asfaltado". Sólo hay que transitarlo despacio.

Así lo muestra el alto desempeño del Interbloque de Proyecto Sur en la Cámara de Diputados de la Nación y el fenomenal crecimiento de la eventual candidatura a presidente de Pino Solanas.

Sabemos que es un gran desafío. El pueblo ya ha pasado sin mucho éxito por estos trances. Hasta podemos afirmar que es "una película que ya la vimos": Tal lo ocurrido con el Partido Intransigente en los 80, con el Frepaso en los 90 y hasta con el kirchnerismo, a partir del 2003.

Pero confiamos en que ahora tenemos al mejor "Director". Al más genuino "documentalista popular" de las últimas décadas, probado en infinidad de "escenas" y a las que siempre "le puso el cuerpo".

"Actrices y actores" de "una patria para todos": ¡¡a "rodar" por la geografía nacional de cara al 2011!!

(J.F.)

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