[Corrientes] Comienzan a elaborar el indicador barrial sobre situación nutricional
Salud de Pie
Con la finalidad de detectar la mala nutrición de los niños y adolescentes, el fin de semana comenzó a elaborarse en Corrientes un indicador barrial sobre la situación nutricional en la provincia. El trabajo de campo, con relevamientos de talla y peso en comedores, se inició en los barrios Patono, Mendoza Al Sur, Pio X, Iberá y Virgen de los Dolores. La tarea es coordinada entre el área de Salud de la organización Barrios de Pie y el ISEPCi (Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana).
En comedores de cinco barrios de la ciudad de Corrientes, comenzó a elaborarse el fin de semana el indicador nutricional. Hasta el momento, el estudio es llevado adelante por integrantes de la organización social, aunque se espera que estudiantes y profesionales se sumen y realicen aportes a la iniciativa, apuntó Nelson Baglieto, coordinador de Jóvenes de Pie en Corrientes.
La primera capacitación para el equipo estuvo a cargo de Laura Lonatti, investigadora del ISEPCi y coordinadora del estudio. Se trata de una Investigación-Acción Participativa, orientada a construir datos epidemiológicos de base, que permitan la detección precoz de malnutrición en niños, niñas y adolescentes de 0 a 19 años realizada en comedores, merenderos, círculos infantiles y postas sanitarias del Movimiento Barrios de Pie.
La idea surgió a partir de la preocupación expresada por madres que asisten a los comedores, quienes refieren atravesar por dificultades para acceder a la compra de los productos de la canasta básica de alimentos.
Según indicaron referentes de Barrios e Pie, buscarán poner en movimiento acciones de acompañamiento y protección a estas familias, para reducir los efectos negativos de la malnutrición, e intenta potenciar los relevamientos sobre situación nutricional, libretas sanitarias, embarazadas sin acompañamiento de salud, que se realizan desde las postas sanitarias, para la participación y el debate en salud colectiva.
El método utilizado permitirá la realización de estudios para el seguimiento individual del crecimiento del niño/a y adolescente, la detección precoz de situaciones de vulnerabilidad y riesgo para su tratamiento y la evaluación de la situación nutricional de una población. Para ello, se evaluarán como indicadores nutricionales al peso/edad y talla/edad.
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También en Corrientes, alarma la baja en el consumo de leche
“Está en los niveles más bajos desde la crisis de 2001”, alertó Daniel Menéndez, coordinador nacional del Movimiento Barrios de Pie. Al respecto, la coordinadora provincial Eva Romero, sostuvo que también en Corrientes es alarmante la baja en el consumo de leche. “Las madres tienen que hacer maravillas para alimentar a sus chicos”, apuntó.
El año último los argentinos consumieron, en promedio, 40,1 litros de leche líquida, el número más bajo desde los años 2002 y 2003. Los estudios sobre el tema señalan a la inflación y a la recesión económica como las principales causas de la baja del consumo doméstico.
“El consumo de leche está en los niveles más bajos desde [la crisis de] 2001”, aseguró Menéndez, como crítica a la política económica del Gobierno nacional. Consultado por Chequeado, Menéndez afirmó que el consumo anual de leche cayó a los 40 litros por habitante, “la cantidad más baja desde la crisis de 2001”.
“Lo que dice Menéndez se replica en nuestra provincia, porque en todos lados es bajo el consumo de leche. Es un problema que afecta a los correntinos en general, no solo en Capital. En los barrios los vecinos nos dicen que les cuesta llegar a fin de mes y deben reducir la medida de leche que le dan a sus hijos. Es decir, si antes compraban tres paquetes, ahora compran dos…”, aseveró Romero.
Para la referente social, la baja está directamente relacionada a los precios elevados: “A la gente no le alcanza, tratan de disminuir el consumo de alimentos en general…no solo la leche. En Corrientes, como en otras regiones del país, las madres hacen maravillas para que la plata le alcance. La situación económica de las familias es pésima”.
De igual modo, analizó que las consecuencias de la mal nutrición afectan no solo a la salud física de los chicos en crecimiento, sino también su intelecto. “Tenemos niños y adolescentes mal nutridos, en el mejor de los casos consumen muchas harinas, lo cual tampoco es saludable. Son muy pocos los niños que pueden comer, por ejemplo, una copa de leche o fruta a diario…”, advirtió.
Según datos oficiales de la Subsecretaría de Lechería del Ministerio de Agroindustria de la Nación, en 2016 los argentinos consumieron, en promedio, 40,1 litros de leche fluida (es decir, en estado líquido). Esta cifra es la más baja desde los años 2002 y 2003 (cuando se consumieron 37,8 y 37,3 litros, respectivamente) y la caída del 9% con respecto a 2015 es la más fuerte desde 2002 (cuando cayó un 14% frente a 2001).
Todos los datos del artículo difundido por Chequeado se refieren al consumo aparente de la leche, es decir, un cálculo estándar en el cual a la producción total en el país se le suman las importaciones y se le restan las exportaciones de ese producto.
Para Silvana Lagraña, referente del espacio social en Corrientes, “la mal nutrición está ligada a la situación que atraviesan las familias, relacionada directamente con la pérdida del poder adquisitivo, consecuencia de la recesión económica y la inflación de los últimos años”.
“Esto impactó negativamente en la reducción del poder adquisitivo de la mayor parte de los trabajadores y las familias más humildes. Actualmente, esta baja se acentúa debido al deterioro del poder adquisitivo de las familias en el barrio, a causa de la pérdida de su principal fuente de ingresos que es el trabajo”, señaló Lagraña.