Carrió, las mafias, Macri y el Fino Palacios
Carrió, las mafias, Macri y el Fino Palacios
Elisa Carrió, como se sabe, viene sostenidamente hablando de las mafias en el estado, en el gobierno, en la oposición, etc, etc. Almorzando con Mirtha Legrand días pasados explicó que el PJ "es reaseguro de impunidad, de mafia y de narcotráfico". Con su característica autosuficiencia, dijo también que la propuesta que ella tiene para que, supuestamente, no tengamos esa mafia en la Rosada luego del 2015, es que desde UNEN hagamos una alianza con el PRO de Mauricio Macri; para así ganar el gobierno y ”preservar la República”.
Así lo explica la diputada: “tenemos que tener una alternativa al PJ, que ha sido la mayor traición al pueblo y nos llevó a la decadencia política"; agregando en esa misma dirección: “Creo que hay gente valiosa en el PRO, que es republicana. Si dividís a UNEN del PRO, sos socio del PJ y jugás para Massa o Scioli”.
Bien, veamos que tiene de cierto y serio el argumento de Carrió, de que el gran desafío es enfrentar a las mafias en alianza con el PRO.
Jorge Palacios, alias “El Fino”, es un ex Comisario de la Policía Federal. Entre otros destinos, en dicha fuerza fue Jefe de la División Operaciones Federales de la Superintendencia de Drogas Peligrosas, más tarde del Departamento Unidad Investigación Antiterrorista (DUIA) y luego de la Dirección General de Terrorismo Internacional y Delitos Complejos. En ese carácter fue asignado en los noventa a la investigación de la causa del atentado a la AMIA.
Cuando el ex presidente Néstor Kirchner lo pone de fiscal de dicha causa a Alberto Nisman, este comienza a revisar todo lo actuado por el Juez Galeano, desconfiando que dicho magistrado y sus colaboradores en realidad estaban trabando las investigaciones. Así es como Nisman llega a la conclusión de que uno de los que actuó en esa dirección es el Fino Palacios, que ya había sido pasado a retiro de la Federal. Entre otras cosas por acusaciones de que había participado de la represión del 19 y 20 de diciembre del 2001, con su tendal de muertos. Como así también por una escucha telefónica en la que se interesaba Palacios por el precio de una 4x4 robada para ir de pesca a Corrientes. Su interlocutor era nada menos que Jorge Sagorsky, un reducidor de vehículos asociado a la banda que había secuestrado y asesinado a Axel Blumberg. En aquella conversación también intervino un amigo del Fino,, el ex comisario Carlos Gallone, preso por delitos de lesa humanidad.
Le solicita entonces Nisman al juez Lijo, por ese entonces ya a cargo de la causa AMIA, que cite a Palacios a declarar como imputado. Una de las pruebas que le presenta al juez dice: “Palacios tenía orden de allanar el domicilio de un sospechoso, Alberto Jacinto Kanoore Edul. Sus hombres llegaron a las ocho de la mañana del 1º de agosto de 1994, pero recién allanaron a las 17.30. Todo el barrio y los propios sospechosos ya sabían que los iban a allanar, cosa que surge de los testimonios y las escuchas telefónicas”.
Con esa acusación de por medio, Mauricio Macri lo nombra lo mismo al Fino Palacios Jefe de la Policía Metropolitana, de reciente creación, el 2 de julio del 2009. Frente a todos los cuestionamientos que recibe, en particular de la comunidad judía y de los familiares de la AMIA, el Jefe de Gobierno de la Ciudad así contesta: "Es el policía más condecorado en los últimos 20 años de la Policía Federal, un hombre absolutamente honesto, capaz, que va a velar por la vida de todos los porteños; toda persona es inocente hasta que se pruebe lo contrario.”, ratificándolo.
No compartía esa opinión Nisman que dijo en ese momento: “los elementos para procesar a Palacios son más que categóricos”. Tenía razón el fiscal, al poco tiempo, febrero del 2010, el de juez de la causa Amia decidió procesarlo. Señaló Lijo en su fallo que procedía a ello porque para él, el ex comisario era “partícipe necesario del delito de encubrimiento, autor penalmente responsable del delito de abuso de autoridad y autor del delito de violación de medios de prueba por la desaparición de 54 cassettes que estaban relacionados con Kanoore Edul”. Le imputó, además, “la sustracción u ocultación de los cassettes de escuchas telefónicas correspondientes al producido de la intervención ordenada respecto de los abonados 449-4706, 941-8060 y 942-9181 con fecha 26 de julio de 1994, los cuales fueron remitidos por la Secretaría de Inteligencia de Estado para su análisis los días 30 de julio de 1994, así como el 1°, 2, 3 y 4 de agosto del mismo año conforme surge de las constancias que en copias obran a fojas 13.995/7 y 13.999".
A pesar de la cerrada defensa del PRO de Palacios como primer Jefe de la Policía Metropolitana, las criticas y las presiones se incrementaron. Los familiares de víctimas de la AMIA lo acusaron a Macri de haberlos traicionado. Sergio Burstein, uno de ellos, no dudó en llamarlo "el Astiz de los familiares". Producto de todo ello, finalmente el Fino renunció el 25 de agosto, a un poco mas de un mes de haber asumido.
Poco tiempo después, en octubre del 2009, Burnstein, que como dijimos había liderado la oposición contra el nombramiento de Fino Palacios como jefe de la Metropolitana denunció penalmente que estaba siendo espiado por esta. Burstein creía que estaba siendo amenazado y pidió custodia para su casa antes de saber que tenía los teléfonos intervenidos. Primero fue detenido Ciro Gerardo James, un abogado y miembro de la Policía Federal, luego Jorge Alberto “Fino” Palacios.
La detención de este último fue por la acusación del fiscal Alberto Nisman, que lo acusó de haber "ordenado, implementado y supervisado" las escuchas telefónicas: "Palacios no sólo ordenó, sino que además monitoreó, supervisó y controló personalmente cada paso que se dio en la escucha ilegal a Burstein", sostuvo el fiscal en su dictamen.
Macri dijo que se trataba de una maniobra política impulsada por el kirchnerismo. Pero el 14 de mayo de 2010 el juez Oyarbide lo procesó a él también junto al ex comisario Palacios, al ex ministro de Educación del gobierno porteño Narodowski y a Ciro James, por considerarlos partícipes necesarios de una asociación ilícita. Al día de hoy todos continúan procesados, a pesar de las maniobras judiciales intentadas por el Jefe de Gobierno.
Resumiendo entonces, sería bueno preguntarle a Elisa Carrió (que por supuesto conoce bien toda esta historia) si las conductas mafiosas son solo patrimonio del PJ, como ella dice, o también están arraigadas en partidos políticos de derecha como el PRO; con quién ella sostiene deben hacer alianza las fuerzas progresistas como UNEN. Para supuestamente “defender la república”.
HUMBERTO TUMINI
MOVIMIENTO LIBRES DEL SUR-UNEN
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