Declaración de Principios
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
Qué somos, Qué queremos
El Movimiento Libres del Sur se siente parte de las luchas que el pueblo argentino y los latinoamericanos han librado contra toda dominación e injusticia. Nos sentimos orgullosos de la resistencia de los pueblos originarios al colonialismo, de los patriotas de Mayo, del General San Martín y los soldados de la Independencia, de entre ellos nuestra Generala Juana Azurduy; de Simón Bolívar y José Gervasio Artigas; como así también de los gauchos federales en su desigual batalla contra el centralismo porteño. Admiramos la heroica gesta de nuestros obreros y obreras de principios de siglo, y la de los chacareros y arrendatarios del Grito de Alcorta. Nos sentimos representados en la lucha del radicalismo Yrigoyenista contra el régimen conservador, como así también por el peronismo del 17 de Octubre y Evita.
Sentimos como parte de nuestra historia la Resistencia Peronista, la CGT de los Argentinos, a Santiago Pampillón, el Cordobazo y las organizaciones populares que en las décadas del ‘60 y ‘70 enfrentaron las dictaduras.
Aprendemos del valor y la consecuencia de Agustín Tosco y Atilio López, de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, de Monseñor Angelelli. También de las y los jóvenes secundarios secuestrados en la Noche de los Lápices, de intelectuales del coraje de Rodolfo Walsh. Son un ejemplo para nosotros los miles y miles de compañeros y compañeras que dieron su vida y su libertad para que en esta tierra todos tengamos Patria, y la coherencia y rebeldía del Che.
Son nuestros hermanos y hermanas los soldados que pelearon en Malvinas, los argentinos que defendieron la democracia en los años ochenta; como así también los que resistieron el entreguismo menemista y siguieron luego batallando contra la claudicación del gobierno de De la Rúa, echando a los corruptos un 19 y 20 de diciembre. Llevaremos siempre en el corazón a Teresa Rodríguez, Pocho Leprati, Darío Santillán, Maximiliano Kosteki y al docente Carlos Fuentealba. No hay nada en la historia de lucha de nuestro pueblo que no consideremos parte de nuestra propia historia.
Libres del Sur es un movimiento constituido con el fin de bregar para que el gobierno esté en manos del pueblo, puesto que sólo así podremos alcanzar en forma irreversible y verdadera la Segunda Independencia. Sólo así será posible poner en marcha en nuestra nación cambios profundos, democráticos, populares y patrióticos, que nos conduzcan hacia una sociedad socialista, igualitaria y justa.
Nos reconocemos en el nacionalismo popular; y nos sentimos identificados con los intereses de las mayorías, en particular de los trabajadores y los humildes. Bregamos por el reconocimiento y ejercicio de derechos plenos a todos y todas quienes habitan nuestra patria, sin distinción de nacionalidad. Somos solidarios con las luchas que libran los pueblos en el mundo, y en particular en la región, contra el imperialismo, el racismo y la xenofobia, por la paz, la democracia, la tierra, la autodeterminación y el socialismo. Como así también en defensa de todos los derechos humanos; de entre ellos los derechos de los pueblos originarios, los de las mujeres y los niños, la preservación de los recursos naturales y el medio ambiente. Trabajamos por la Gran Patria Latinoamericana y Caribeña que soñaron San Martín, Bolívar y Martí. Nos acompaña en ello la dignidad de Fidel.
La organización popular
Libres del Sur entiende que un cambio profundo en nuestra patria sólo puede ser obra de todo el pueblo; y que el camino hacia el mismo es el de la lucha y la consecuencia. Los que a ello se oponen, son poderosos, solamente con participación, organización, unidad y decisión será posible vencerlos.
La representación política de todo el pueblo debe ser un gran Frente Nacional y Popular, punto de unidad para la acción de las fuerzas políticas y sociales progresistas que comparten la lucha contra la dependencia, el neoliberalismo, y un programa común de país. Entendemos que la garantía de solidez y amplitud en la construcción del mismo, tal como lo enseña nuestra propia historia, es que se alcance en la conducción de dicha alianza una importante influencia de los sectores populares más consecuentes y decididos.
Para que esto pueda materializarse, es preciso que construyamos nuestra propia herramienta independiente: un nuevo Movimiento político. Sin este, aun cuando lleguemos al gobierno, no podremos probablemente abordar con éxito las transformaciones necesarias para salir de la dependencia y el atraso.
Ese Movimiento debe tener capacidad de intervenir en todas las luchas sociales y políticas que libren los sectores populares. Pero también de participar protagónicamente en los procesos electorales. Puesto que será en ellos donde, en definitiva, se disputarán el gobierno nacional, los provinciales y municipales en el próximo período histórico en la Argentina.
Las formas organizativas de este Movimiento pueden ser variadas, pero hay principios generales surgidos de la experiencia que son esenciales: debe estar estrechamente ligado a nuestra gente, en especial a los trabajadores y a los humildes, nutriéndose de aquellos hombres y mujeres dispuestos a trabajar por otro país. Tiene por ende que incorporar compatriotas con una gran amplitud. Pero al mismo tiempo hay que construir en su seno una sólida columna vertebral de militantes abnegados y comprometidos. Debe ejercerse en él a pleno la democracia interna y promoverse la mayor participación de todos sus miembros en su vida política, las resoluciones y tareas del mismo; siempre en los marcos del necesario centralismo.
En Libres del Sur entendemos que la fortaleza de este Movimiento se asentará, en lo fundamental, en los valores de cada uno de sus integrantes. Los miembros del mismo deben tener convicciones profundas y amar a su pueblo y su país. Sus militantes y dirigentes de- ben ser solidarios, esforzados, tenaces, poseer pensamiento propio y espíritu de ofensiva.
Con compañeros y compañeras de estas características iremos construyendo la organización política, el Movimiento que necesitamos para transformar nuestra Patria.
El 27 de Abril del 2006, hombres y mujeres que proveníamos de distintas organizaciones y orígenes políticos, fundamos el Movimiento Libres del Sur. Nos convocaron a ello historias comunes, definiciones que teníamos respecto de por dónde y cómo transitar ese momento histórico, como así también otras referidas al futuro de nuestra patria.
Por lo pronto todos veníamos de la dura batalla contra el neoliberalismo. También nos habíamos sumado en los años precedentes al proceso del kirchnerismo, en la visión de que, más allá de sus complejidades, se abría con el mismo una posibilidad de transformar la Argentina en un sentido de progreso, aprovechando la debilidad relativa de las fuerzas de la reacción en esos momentos. Es decir, que se había entreabierto una puerta para intentar alcanzar un país soberano, con mayor justicia redistributiva, movilidad social, una política internacional independiente e integradora con Latinoamérica; de participación popular, respeto a la diversidad, a los derechos humanos y a las minorías; con igualdad de géneros, donde no hubiera ya impunidad para los represores ni para los poderosos; reindustrializado, con un Estado fuerte y eficiente, protector de los más débiles y defensor de los recursos naturales y del medio ambiente; con trabajo en blanco y digno, mas educación y salud, transparencia institucional, renovación política y honestidad gubernamental. Esta posibilidad de una nación nueva se veía reforzada por el advenimiento en Latinoamérica de gobiernos progresistas; y en particular por la consolidación del proceso bolivariano en Venezuela, símbolo de las posibilidades de un rumbo distinto.
También compartíamos la visión de que el proceso que se estaba desarrollando era de gran complejidad, habida cuenta de lo heterogéneo de los sectores que lo conformábamos; donde una porción no desdeñable de los mismos venía de ser parte del proyecto neoliberal, de la mano de los partidos tradicionales. Por lo tanto entendíamos como indispensable construir fuerza política en su ala popular, que diera lucha respecto del rumbo a seguir. Así nace Libres del Sur, para batallar al interior del proyecto nacional en curso por la redistribución de la riqueza, la organización y participación popular, y la renovación política.
Nuestro siguiente objetivo, fue definir con mayor precisión cómo entendíamos la etapa política por donde estábamos transitando y el papel que debíamos cumplir en ella. Lo que hicimos en el Encuentro Nacional de octubre del 2006, en la Facultad de Derecho de la UBA. Dejamos para más adelante la elaboración de un Estatuto, ya que debíamos andar un período de tiempo para integrarnos organizativamente, habida cuenta de nuestras procedencias diversas; y ahí recién reglar como sería el carácter del Movimiento y nuestra vida interna.
No obstante no pudimos avanzar en ese sentido. Poco tiempo después, a principios del 2007, Néstor Kirchner comenzó a conducirse paulatinamente por un rumbo que la gran mayoría de Libres del Sur considerábamos como erróneo. Frente a esta situación, que de perdurar llevaría -a nuestro entender- el proceso en curso a una vía muerta, se tomó la decisión de no aceptar algunas políticas trascendentes del gobierno (por ejemplo el apoyo a la reelección de Rovira en Misiones, la candidatura de Filmus en la Ciudad de Buenos Aires, la de Scioli) y de comenzar a posicionarnos más críticamente respecto del mismo.
Producto de ello algunas de las organizaciones que habían constituido Libres del Sur desde su fundación, se apartaron del Movimiento. Sin embargo la gran mayoría de este ratificó el rumbo adoptado: posiciones cada vez más independientes del gobierno, y críticas a este en tanto y en cuanto continuara por andariveles que lo alejaban de las definiciones políticas a que nos había convocado, allá por el principio de su gestión.
La decisión de Néstor Kirchner de ir de presidente del PJ, tomada luego del triunfo de Cristina en las presidenciales, fue analizada por Libres del Sur como una situación de no retorno. Nada teníamos que ver con eso, que terminaría por conducir al fracaso el proyecto en curso, ya debilitado por otros errores y limitaciones. Nos preparamos entonces para retirarnos del gobierno y de la alianza oficial. Demoramos esto por el conflicto con la Mesa de Enlace, ya que estábamos muy a favor de las retenciones móviles que afectaban la renta agraria extraordinaria, y no juzgamos por ende correcto romper en ese contexto. Pero finalizado el mismo y ratificando el kirchnerismo su rumbo, nos fuimos.
Iniciamos a partir de ese momento una nueva estrategia, consistente en construir fuerza política opositora a la izquierda del gobierno; habida cuenta de que dicho rol opositor, en una sociedad cada vez más crítica, había sido hasta ese momento ocupado muy mayoritariamente por los sectores conservadores. No estábamos de acuerdo en regalarle a la derecha la cancha que le abría el kirchnerismo con su accionar.
Así abordamos las elecciones del 28 de junio del 2009. Dichos comicios reflejaron luego con claridad dos elementos que veníamos anticipando: primero que el gobierno, producto de sus errores y limitaciones, se alejaba cada vez más de la base social que debía sostenerlo, de allí su derrota; y segundo que se iba gestando un creciente espacio político progresista opositor, el que aun siendo incipiente, obtuvo un millón de votos.
El resultado electoral nos indicó que nos adentrábamos en el país en una nueva etapa política, aun cuando faltaran dos años para las presidenciales. Etapa caracterizada -sintéticamente- por el agotamiento político del kirchnerismo, por una derecha que, aun con distintas expresiones, se apresta a ir de nuevo por el gobierno del país, y fuerzas populares que tienen el enorme desafió de reconstruir el proyecto nacional para darle desde allí batalla a la reacción. Lo que se viene en el país luego de la inexorable retirada de la escena del kirchnerismo, es la confrontación entre el proyecto de la derecha y el de las fuerzas nacionales y populares.
Para ese escenario es que debemos prepararnos y preparar a Libres del Sur. Un Movimiento que logró salir con fuerza y representación política y social de un período tan difícil y complejo como el que tuvimos estos tres últimos años, que en alguna medida continúa aun. Y que tiene por delante el gran desafío de jugar un papel destacado -como decimos más arriba- en la reconstrucción de las fuerzas políticas del proyecto nacional.