Tiren a los morochos, pobres y extranjeros. Por Humberto Tumini
17 de Enero del 2017
Editorial
Llega la derecha al gobierno y con el discurso del "amor" comienza a promover los peores odios para dividir la sociedad
Tiren a los morochos, pobres y extranjeros.
En los últimos tiempos hemos visto recrudecer a niveles llamativos en nuestro país, de la mano de la derecha gobernante y los medios masivos que le son afines (periodismo militante le decían no hace mucho), la xenofobia, el racismo y el clasismo.
Hay “manteros” por todos lados en la ciudad de Buenos Aires, con alguna mafia metida allí por cierto pero en lo esencial expresión de la larga crisis de empleo en el país. La respuesta abierta o encubierta del gobierno -nacional y porteño- es que hay que correrlos “porque son extranjeros que delinquen”. Reprimen a los mapuches -a los que Benetton les quitó sus tierras- y los trols macristas inundan las redes justificándolo porque “son chilenos”. Promueve el gobierno una ley migratoria que endurezca las condiciones de ingreso al país, supuestamente para que no puedan hacerlo los extranjeros que tengan antecedentes penales. No importa que la actual ley ya contemple eso, apuntan a que la población rechace al inmigrante; justamente en la Argentina, país de inmigrantes.
Hay cortes de calles en las grandes ciudades, sobre todo en la CABA; casi en la misma cantidad que hubo en el 2015 cuando gobernaba el kirchnerismo. Las razones según el macrismo no son el aumento de la pobreza y la indigencia por el ajuste, tampoco los recortes salariales o el cierre de empresas y los despidos, el motivo -que subterráneamente difunden- es que se producen “porque son unos negros vagos que viven del Estado y joden a los que trabajan”.
Muere un joven de 14 años en el Bajo Flores en un tiroteo. El que supuestamente lo mató tiene 15, es de la villa y sus padres son peruanos. No importa si las cifras anuales indican que la participación de menores en delitos graves es ínfima, tampoco que en esos casos el juez puede determinar que vayan internados a institutos; ni que hablar de que casi el 50% de los jóvenes en estos pagos vive en la pobreza o que casi el 60% de ellos no termina la secundaria. Difunde el gobierno la falaz visión de que bajando la edad de imputabilidad prácticamente se garantiza una menor inseguridad. Mano dura piden entonces los macristas -y los medios macristas- para con los “negros villeros, delincuentes y narcos desde chiquitos”.
¿Es solo una cuestión de clase, que los ricos que nos gobiernan promuevan estos odios sociales? En cierta medida sin duda, siempre han pensado de esa despreciable manera e influenciado con esas ideas a una parte de la sociedad. Pero ahora hay mas que eso, hay una estrategia en curso.
Así como el kirchnerismo en el último mandato de Cristina buscó a conciencia abrir una grieta política en la sociedad, para defender lo indefendible de su gobierno que iba apareciendo a la superficie y desmentía su “relato. Política que podemos sintetizar en “el que no está con nosotros es un enemigo de la patria”. Ahora, desde el gobierno de Macri avanzan a profundizar una grieta social entre los sectores que, de una u otra manera, son afectados por el proyecto en curso de concentración de ingresos en manos de los ricos y las grandes empresas. Dividir para reinar decían los ingleses cuando eran imperio.
El ajuste que lleva adelante el gobierno de Cambiemos y que todo indica van a profundizar, no es para todos. Recae esencialmente sobre los trabajadores, los humildes, las clases medias, el pequeño y mediano empresariado. Miles y miles de millones de pesos se trasladan de estos a las grandes empresas y bancos, también a las clases altas.
Esto le presenta el riesgo a la derecha macrista, de que los sectores afectados -clara mayoría- se les agrupen social y políticamente. Hay que dividirlos entonces. Como el latiguillo de que “si no estás con el gobierno estás con los K” que usaron profusamente, ya no les sirve tanto como antes, han comenzado a construir la grieta social. La culpa de los sinsabores que vive la clase media no es por la inflación y las tarifas, es de los piqueteros que cortan calles. La responsabilidad de lo que sufren los laburantes no es de la pérdida del valor de su salario, de las suspensiones y despidos, es de los extranjeros. El descenso de las ventas en los comercios y de las pymes que los proveen no es por la baja del consumo y el ajuste, es de los manteros, que también son extranjeros. La inseguridad que vivimos todos a diario no es el fruto de la pobreza y la marginalidad, de la corrupción policial, judicial y política, sino que en lo fundamental proviene de los villeros. Así sucesivamente.
Apoyándose en las inevitables contradicciones de toda sociedad, introducen y promueven a lo Trump, los actuales gobernantes, los peores odios. Encima, lo hacen escudándose en que son los portadores de “paz, alegría y felicidad” para el pueblo argentino. Que hipocresía y cinismo.
Humberto Tumini
Movimiento Libres del Sur