[Tucumán] Barrios de Pie: la otra cara de las manifestaciones
Barrios de Pie: la otra cara de las manifestaciones
Una manifestación por parte de la organización Barrios de Pie contó con la particularidad de instalar 100 ollas populares. ¿Qué sucede en Tucumán para que hayan tomado esta medida?
Durante la mañana del jueves y hasta el mediodía, los transeúntes se encontraron con un corte central en el puente Lucas Córdoba, que une Banda del Río Salí con San Miguel de Tucumán. La manifestación de la organización Barrios de Pie tuvo una particularidad: la preparación de 100 ollas populares en distintos accesos a la Capital.
Lo cierto es que las noticias sobre la protesta no se hicieron esperar y mucho menos las quejas de los que por allí pasaban. “Vayan a laburar, vagos”, es la frase de cabecera para referirse a cualquier manifestación de este tipo. Entonces, pareciera que nadie indaga sobre las verdaderas razones que llevan a que las distintas agrupaciones barriales, entre ellas, Barrios de Pie, lleven a cabo este tipo de medidas.
Barrios de Pie es el brazo territorial del Movimiento Libres del Sur y tiene sus inicios a principios de 2002, con la crisis social de aquella vez y el auge del Movimiento Piquetero. Se inicia a partir del reclamo por los altos índices de desocupación y para lograr la inclusión de las personas excluidas de los programas sociales.
Actualmente en Tucumán, alrededor de 4000 hombres y mujeres trabajan con la organización, siendo la mayoría mujeres y jóvenes. Son aquellos que podemos ver cada vez que hacen una intervención pública.
En la provincia, la organización tiene presencia en casi 100 barrios, tanto de la Capital como del Interior, donde desarrollan distintas tareas comunitarias, relacionadas con la alimentación: comedores y merenderos, con las capacidades productivas como microemprendimientos y la capacitación en oficios y con la educación: alfabetización de adultos y el apoyo escolar para alumnos de primaria y secundaria. Asimismo, desarrollan huertas comunitarias, emprendimientos de panadería, textiles, entre otros.
En el plano económico, una de las tareas que realiza la organización, en articulación con el Instituto de Investigaciones Sociales, Económicas y Políticas Ciudadana (ISEPCi), es la implementación de distintos índices. Por ejemplo, el Índice Barrial de Precios que lleva ya cuatro años de vigencia. Los compañeros realizan, mensualmente, en comercios y supermercados, un censo de los productos de la canasta básica alimentaria lo que permite determinar el Índice de Pobreza y el Índice de Indigencia.
Luego, en el plano sanitario, en los comedores y merenderos, también junto al ISEPCi, realizan el control del Índice Barrial de Salud Nutricional. Esto significa que, a los niños y jóvenes que asisten a estos centros, les realizan periódicamente mediciones de talla y peso, lo que permite tener un panorama de la situación alimentaria de esta población: de 5000 niños y jóvenes, más del 41% presenta problemas de malnutrición: sobrepeso, bajo peso o desnutrición.
Dentro del sector juvenil se trabaja en recreación, cultura y deportes promoviendo estas actividades para hacerle frente al flagelo de la droga. En ese caso, se articulan con Madres del Pañuelo Negro, y con todos aquellos grupos de la hermandad de los barrios, para concientizar a los jóvenes y denunciar casos en los sectores donde el narcotráfico y el paco hacen estragos. “Estamos solicitando que se concluyan las obras de los Centro de Atención Preventiva de las Adicciones (CEPLA) en la Costanera y en Barrio El Sifón. Ahora hemos conseguido el compromiso de las autoridades para reanudar y terminar esas obras”, cuenta Sergio Reynoso, dirigente de Barrios de Pie Tucumán.
El reclamo
Para los integrantes de la organización es necesario que el Gobierno atienda la situación de emergencia actual. El contacto con las autoridades provinciales no ha trascendido de reuniones; no hay una respuesta concreta y favorable para lo que reclaman: un bono de emergencia para fin de año y el incremento en las partidas alimentarias de estos comedores y merenderos. También piden la actualización de los montos de los programas de capacitación y empleo.
“Vemos día a día cómo la concurrencia a los mismos (comedores y merenderos) va en aumento. Ya no son solamente los niños, sino familias enteras que van en busca de una copa de leche o un plato de comida y nos vemos desbordados”, relata Sergio.
En cuanto a los programas de capacitación y empleo, cuentan con algunos a nivel nacional y otros provinciales. Lo que plantean justamente es la actualización de esos ingresos porque el monto de los programas no se aproxima al costo de la canasta básica alimentaria, que hoy en Tucumán, según el Índice Barrial, está fijada en $4.800. Es decir, ese es el ingreso que necesita una familia de cuatro integrantes, dos menores y dos mayores, para no caer en la indigencia. Hoy, el costo de la canasta básica total está en casi $11.000.
La mirada del otro
Con respecto a las críticas por los cortes, Sergio aclara que toman este tipo de medida para visibilizar que existe una situación que aflige a cientos de familias. “No tenemos otro remedio que salir a protestar. El Estado no atiende esas necesidades; nos excluye de las políticas públicas. No es que nosotros estamos permanentemente realizando cortes de ruta o de puentes. Cuando vemos que los reclamos no tienen eco en las autoridades es que establecemos, como última medida, las acciones públicas”, explica el dirigente.
En cuanto a la opinión de los demás, explica: “Cuando la gente dice ‘Vayan a laburar’ es porque no conocen realmente Barrios de Pie. Nosotros no tenemos nada que ver con aquellos partidos políticos u otro tipo de organizaciones que se manejan de manera distinta, como las críticas que recibe el programa Argentina Trabaja sobre el manejo clientelar”.
Para Sergio los programas sociales tendrían que ser un vehículo y no un fin. Como reflexión el referente relata: “El jueves cuando estaba en el corte del puente Lucas Córdoba un periodista me estaba haciendo una nota y me señalaba a unos niños que estaban comiendo en el pavimento. Yo le contesté que esos niños no deberían estar ahí. Nadie debería estar. Si esto sucede, es porque hay una necesidad y me parece que deberíamos preguntarnos qué lleva a un grupo de personas a hacer una olla popular, o a cortar un puente. Deberíamos ponernos en el lugar del otro y quizá así podamos entender. No se trata de la foto sino de ver la película entera. Algo debe estar sucediendo en Tucumán para que se instalen 100 ollas populares”.
“Cuando salimos a denunciar casos de droga en los barrios humildes nos dicen que ‘la educación empieza por casa’, pero en casa y en las calles ves jóvenes que parecen cadáveres. Algunos tenían dos años cuando se inició el kirchnerismo, y hoy son adictos”, concluye Sergio.
María Fernanda Lobo
Publicado en: http://vo-ve.com/nota/20988/Politica/Barrios-de-Pie-la-otra-cara-de-las-manifestaciones