Voy a ser ingenua por unos segundos y voy a preguntar: ¿Qué hecho yo para merecer esto?
Sin ser una figura mediática, del espectáculo o de la farándula, con un trabajo público, eso sí, pero de muy bajo perfil, la columna Telones y Pantallas de la sección Espectáculos del diario Clarín, me dedicó un “sueltito” con foto de archivo incluída y un texto burlón.
Sigamos siendo ingenuos: A un “pichi”, un bol..-terminen la palabra uds- o un “escriba que se quiso hacer el gracioso”, se le ocurrió la genial idea, mientras miraba el cierre del Noticiero Trece y la despedida hasta mañana. Miró a su jefe y propuso: “Ché, no tenemos con qué llenar la página. (Pasan tan pocas cosas en la tele) Martínez Cassina, del noticiero ¿sirve? “Y bueh”, habrá dicho su jefe-editor sin saber el contenido que se avecinaba, “Dale 8 líneas nomás”.
Y fue así como, “sin querer queriendo”, se publicó el apriete más obsceno, impune y misógino que haya recibido en mi vida.
Como tengo 33 años en el ejercicio de la profesión, soy periodista, pero no ingenua.
Y entonces les cuento qué hice y (seguiré haciendo) para merecerlo:
Lucho por el respeto de los derechos laborales propios y de mis compañeros con una participación activa y permanente en las Asambleas que convocan nuestros delegados de quienes me siento orgullosa y bien representada.
Repudio que la empresa para la cual trabajo no se presente a paritarias y otorgue aumentos salariales a gusto y piacere, (de ellos, claro) que castigue a compañeros con congelamientos y amenazas, e incentive a otros con regalos y oportunidades discrecionales, marcando diferencias y generando bandos y enemistades.
Me desafilié de UTPBA, un gremio infiel y corrupto, para adherirme a SiPreBA en quien deposito la esperanza de que por fin, este colectivo de trabajadores, logre la reivindicación de los derechos postergados y precarizados.
Critico, reclamo, cuestiono absolutamente todo, empezando por mi propio trabajo hasta el producto final del noticiero en el que me desempeño desde hace 19 años (en el horario del mediodía, 13 hs) y desde hace 23 años en Artear.(TN y Canal13)
Me niego a seguir hipnotizada un rating minuto a minuto que define qué es y qué no es noticia, y a acatar la orden de que “no hacemos un noticiero, somos un programa”.
Me lastima que no tengamos una segunda lectura de las cosas y que sea mi visión (¿sentido común?, ¿de género?) la que sea rápidamente descartada por el prejuicio machista (que no solo la expresan los varones) con argumentos de contenido tan discriminatorios como misóginos.
Y llegamos al final de la notita (Que es el principio de ésta: la bestial amenaza para que desista, abandone la lucha, abjure de mis convicciones, como a Juana de Arco en el 1400).
A quien se esconde en el anonimato de una columna y hasta ahora no pidió disculpas ni aclaró posibles malentendidos (no es ingenuidad, solo un poco de bondad), a quien pretende advertir y aleccionar con un “Ojo con la lucha, Silvia, mirá que esa Juana de la que hablan, terminó quemada en la hoguera”, le respondo con uno de los tantos mensajes solidarios que me llegaron en el día de hoy: La única lucha que se pierde, es la que se abandona. Por muchas Juanas más.