[Corrientes] Aseguran que el acoso callejero es una forma de violencia sexista
En el marco de la Semana Internacional contra el Acoso Callejero, organizaciones sociales y estudiantes aseguraron que la naturalización de los piropos son una forma de violencia contra las mujeres.
Mañana, en todo el país, habrá manifestaciones en favor de “transitar de manera libre, segura y autónoma en igualdad de condiciones a unos y otras”.
Estudiantes de la carrera de Comunicación Social y militantes de género analizaron ayer los alcances del acoso callejero, durante un taller organizado por el Movimiento Universitario Sur, en el que disertaron las abogadas Analía Benítez y Jésica Paz, integrantes de la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumala).
Para las referentes, la naturalización de las distintas expresiones de violencia sexista por parte de la sociedad, y la ausencia de políticas públicas tendientes a erradicarlas sostienen y perpetúan en el tiempo la discriminación y la violencia contra las mujeres, inhibiendo del pleno disfrute y ejercicio de ciudadanía a más del 50% de la población: las mujeres.
Si bien la realidad indica que es el hogar el lugar en el que las mujeres se encuentran más inseguras y expuestas a situaciones de violencia (los feminicidios son cometidos mayoritariamente por hombres de su círculo íntimo), el diseño del espacio público tampoco contempla el acceso a servicios y a transitar de manera libre, segura y autónoma en igualdad de condiciones a unos y otras.
La violencia contra las mujeres en el espacio público se expresa se diferentes maneras, y a pesar de que solo algunas de ellas son identificadas como tal: asaltos, violaciones, arrebatos, existen otras tantas manifestaciones de la violencia sexista que se encuentran fuertemente arraigadas en la cultura, entre ellas los mal llamados piropos.
En ningún caso la violencia contra las mujeres es abordada por el Estado como un problema de inseguridad, a pesar de que en muchos países de la región la inseguridad forma parte de las prioridades en las agendas de los gobiernos.
Para Mumala, el espacio público debe ser un lugar de encuentro entre personas que se reconocen como pares en el que ninguno busque imponer sus deseos al otro.
“El acoso callejero se produce cuando uno o más hombres abordan a una mujer en la calle. La mujer debe cruzar de vereda, se siente incómoda y no se siente halagada. Esto solo busca reafirmar el dominio del hombre sobre las mujeres, principalmente en lugares públicos. Es una forma de violencia, y expone a las mujeres a una situación de vulnerabilidad”, señaló Benítez.
“La sociedad avanza, no así el pensamiento del hombre y la cultura machista. Es una estructura social que coloca al hombre por encima de la mujer, el hombre cree que tiene un poder sobre la mujer”, afirmó Jésica Paz, a la vez que desterró mitos sobre el acoso callejero como creer que “solo las mujeres bonitas reciben acoso callejero”, “solo las mujeres jóvenes son acosadas en la calle”, “si la mujer muestra su cuerpo es lógico que la van a acosar”, “los casos graves de acoso callejero son mínimos”, o que “el piropo no es acoso callejero”.
“El acoso es una conducta aprendida socialmente, por lo tanto puede ser cambiada”, se agregó en el taller. Mañana, en el Congreso se presentará una encuesta realizada en la ciudad de Buenos Aires sobre acoso callejero y se lanzará una campaña, que consistirá en repartir calcos, volantes y juntar firmas para que se trate la ley contra el acoso callejero presentada por la diputada Victoria Donda, el año pasado.
Mirna Reijers
Prensa Municipalidad de Santa Rosa