Malvinas, nuevamente en la agenda pública

Más allá de los aniversarios es imprescindible recordar que desde 1982 a esta parte, un importante sector de la sociedad y en especial de la clase política jugó abiertamente por desmalvinizar , o sea por tratar de borrar de la memoria colectiva la afrenta colonial que aún sobrevive al sur de nuestro país. Por eso justamente es tan importante que la política exterior argentina haya logrado en los últimos tiempos que la causa Malvinas sea tomada como propia por buena parte de los gobiernos sudamericanos. La idea cada más fuerte de que Las Malvinas son parte inalienable de Latinoamérica se ha traducido en importantes declaraciones y acciones conjuntas de los gobiernos de la región y esto no puede ser dejado de lado ni minimizado porque indudablemente ha fortalecido la posición de nuestro país en los foros internacionales.

Pero por otro lado también es indispensable subrayar que si bien es importante denunciar y combatir el colonialismo territorial es central atacar el colonialismo económico al cual todavía está sometido nuestro país. Por eso llama mucho la atención que los intereses locales del capital inglés casi no hayan sufrido ninguna mella y que incluso se sigan extendiendo ante la indiferencia de muchísimos funcionarios nacionales y provinciales. El caso más llamativo y emblemático es el de las inversiones mineras representadas por una buena cantidad de empresas responden a inversionistas ingleses que ya no solo se llevan nuestros metales preciosos bajo el amparo de un código minero sumamente laxo y permisivo, sino que además participan activamente en la exploración de la plataforma malvinera en busca de petróleo. Esta actividad aunque está claramente prohibida por la ley argentina continúa sin que las autoridades impongan ninguna sanción o apliquen aunque sea una advertencia.

Hoy, por respeto a los pibes que cayeron en Malvinas no podemos caer en la trampa de reducir aquella guerra a una efemérides superficial o en el mero homenaje a los que allí combatieron. Por el contrario esta es una oportunidad excelente para recalcar el carácter genocida y antinacional de la dictadura que promovió la guerra; rescatar el coraje de los conscriptos que se enfrentaron a las potencias de la OTAN sin más armas que sus propias convicciones y recalcar que a 30 años de Malvinas todavía estamos en deuda con la construcción de una política que rechace firmemente a las inversiones inglesas que tienen una garra en las islas y otra en nuestros yacimientos mineros.

Libres del Sur-Córdoba