CINCO AÑOS DE LIBRES DEL SUR
Abril del 2011, Capital Federal
EDITORIAL
CINCO AÑOS DE LIBRES DEL SUR
Hace casi cinco años, el 27 de abril del 2006, en un acto multitudinario, nacía Libres del Sur, este Movimiento que tenemos el orgullo de conducir. En esa oportunidad dijimos claramente de dónde veníamos, porqué y para qué nos fundábamos:
“Bueno, es una gran alegría el lanzamiento de este nuevo Movimiento Político. Aquí estamos, nos hemos juntado, una parte de los que luchamos durante muchísimos años contra la entrega de la nación. Muchísimos años contra los gobiernos que vivían de rodillas frente a los poderosos y reprimían a su pueblo. Aquí nos hemos unido para hacer este movimiento político los que durante todos esos años, en las peores de las circunstancias mundiales y nacionales, siempre tuvimos la profunda convicción de que este pueblo iba a derrotar a la anti Patria…
Y también nos juntamos hoy en el Movimiento Libres del Sur, una parte de los que vimos a partir del 25 de Mayo de 2003, que se abría, con la presidencia de Néstor Kirchner, la posibilidad concreta de terminar con el neoliberalismo en la Argentina; la posibilidad cierta de empezar a construir un nuevo Proyecto Nacional, para las mayorías postergadas, para las mayorías olvidadas de esta nación. Ese Proyecto Nacional que, estimamos nosotros, tiene que ser capaz de contener los sueños de decenas y decenas de generaciones de argentinas y argentinos que dieron su vida, su libertad, sus bienes, para tener un país libre, soberano, un país justo….
Es muy difícil la tarea además, no solo por el país que nos dejaron, sino también porque el enemigo existe, es fuerte y nos va a poner trabas y todo tipo de obstáculos. El enemigo de afuera del país y el enemigo de adentro. Pero voy a ser más explícito también: el enemigo de afuera del proyecto nacional y el enemigo de adentro del proyecto nacional. Porque ese también está; esos que suelen travestirse, que existieron siempre y que tantas veces nombraron el general Perón y Evita. Esos enemigos que son como las brujas, no existen, pero que los hay, los hay. Alertas debemos estar con ellos…
Compañera, compañero, si a usted le gusta ver mucha militancia que protagoniza, que discute, que llena los locales, en lugar de punteros políticos, venga entonces a este Movimiento, aquí lo va a encontrar. Si a usted le satisface que en esa militancia haya muchos jóvenes que hacen barullo, que tienen sus formas y su cultura, pero que le dan vida a la política, que le dan sueños a la Argentina, entonces venga a esta organización, acá va a ver muchos jóvenes. Si a usted no le molesta y por el contrario le agrada, compatriota, tener a muchas mujeres militando, discutiendo, organizando y conduciendo, venga entonces a Libres del Sur, allí las va a encontrar. Ahora bien, si usted piensa que acá puede hacer carrera política, si usted piensa que este movimiento es para tener chapa, o si cree que puede decir una cosa y hacer otra. Mucho peor aún, si usted especula que acá puede hacer plata. Entonces no nos elija, busque otra ruta, eso no es para nosotros, esa es la vieja política…
Porque nosotros creemos, como dijo Jorge Ceballos, en los principios sanmartinianos. Los de ese general que liberó una parte de América y murió pobre y en el exilio, porque los unitarios no lo dejaban volver. Nosotros creemos en eso que decía el Gral. San Martín, que hay que servir desinteresadamente a la patria y al pueblo.”
La vida política nos iba a poner a prueba en tiempos relativamente breves, en cuanto a lo consecuentes que seríamos con esos postulados. Kirchner, a partir de la segunda mitad del 2006, en lugar de avanzar más decididamente -como había prometido- en dirección a renovar la política enfrentándose al bipartidismo tradicional, y de dar pasos más profundos en la redistribución de la riqueza, afectando las rentas extraordinarias de los sectores de poder económico, comenzó paulatinamente a alejarse de esa estrategia que había delineado a principios de su gestión. No fue esto un proceso lineal, ni tampoco acelerado como el de Alfonsín en su momento. Por el contrario, tuvo innumerables idas y vueltas, decisiones horribles como el apoyo a la reelección de Rovira en Misiones, la aparición de ostensibles hechos de corrupción como las facturas truchas de Skanska, el fraude a Luís Juez en Córdoba o la designación de Scioli de candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, combinados con la continuidad de una destacada política de derechos humanos y de estrechar vínculos con los gobiernos populares de la región, entre otros.
Producto de ello, de ese “una de cal y una de arena”, desde el oficialismo se esgrimían justificatorios argumentos diversos: “hay que mirar la mitad del vaso lleno y no la mitad vacía”, “se debe tener en cuenta la correlación de fuerzas”, “el proyecto nacional como los ladrillos, se construye también con bosta”, y así sucesivamente. Pero el nuevo rumbo de retroceso del gobierno se iba inexorablemente dibujando, aún cuando las condiciones políticas y económicas eran las mejores en muchísimos años para cambiar realmente el país. Esto hablaba a las claras de falta de voluntad política, y no de ausencia de marco objetivo. La mayor demostración de que eso era así la tuvimos cuando, luego de que ganara Cristina las presidenciales en primera vuelta, con una oposición dividida y confundida, tomaron la decisión de que Kirchner fuera de presidente del PJ. Pocas dudas cabían entonces de que el modelo de país del kirchnerismo, más allá del palabrerío, ya no era el nuestro.
Y nos fuimos. No hubo presión, operaciones u ofertas políticas que valieran. No habíamos fundado este movimiento para avalar un rumbo que no compartíamos; ni peleamos décadas para legitimar ahora el posibilismo de los que siempre apuestan al mal menor.
De donde no nos fuimos fue de la firme voluntad de transformar en serio este país en un sentido de progreso; menos aún de la decisión de construir una fuerza política de millones que apuntale ese desafío. Reiniciamos entonces el histórico camino desde el llano y en la oposición, sin reparar en los sacrificios que nos demande y el tiempo que nos lleve.
Ahí está desde entonces Libres del Sur, coherente con la historia de este pueblo y con nuestra propia historia. No nos confunde que el oficialismo haya recobrado vitalidad luego de la muerte de Kirchner, aprovechándose inteligentemente de un contexto económico favorable. Le daremos debate a sus engañosos argumentos para presentarse como el modelo del progreso, y a su doble discurso. El alejamiento del kirchnerismo de los elementos básicos de lo que debe ser un proyecto nacional y popular ha continuado sostenidamente. Si no han cambiado en esencia -en ocho años- la política fiscal, la financiera, la petrolera, la minera y la agraria de los años noventa, ni la distribución de la riqueza, de qué estamos hablando. Si los aliados son los Menem, los Saadi, Scioli, Aníbal Fernández, Jaque, Gioja, Beder Herrera, Sapag, De la Sota, Insfrán, los intendentes bonaerenses del PJ y la misma burocracia sindical de siempre, corrupta y patotera, no hay Sabbatella que valga; la mona aunque se la vista de seda, mona queda. Si además, la corrupción de los funcionarios es vergonzosa, no está allí nuestro lugar.
Nosotros siempre hemos creído en otro modelo de país: una patria para todos y para todas, sin pobreza, con justicia y movilidad social, donde la política no sea mala palabra y los que gobiernen gente honesta, donde el pueblo participe y protagonice. Una nación soberana, democrática, donde se cuide la tierra, el aire y el agua. Sin represión ni arbitrariedades de los que mandan, en la que se respeten todos los derechos. Consecuentes y coherentes con ello, libraremos todas las batallas políticas, sociales y electorales que hagan falta para conquistarla. Unidos podemos hacerlo.
HUMBERTO TUMINI
MOVIMIENTO LIBRES DEL SUR
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